Las situaciones de relajación La mayoría de los fumadores creen que los cigarrillos les ayudan a relajarse. Lo cierto es que la nicotina, entre otras cosas, es un estimulante químico. Si te tomas el pulso y luego fumas dos cigarrillos seguidos, notarás un aumento significativo en el número de pulsaciones. En realidad, el adicto a la nicotina nunca puede relajarse del todo, y con el paso de los años su intranquilidad aumenta. Las personas menos relajadas del mundo no son los no fumadores, sino los ejecutivos de cincuenta años, fumadores compulsivos, siempre tosiendo, con la tensión alta y permanentemente irritables. Cuando se llega a este punto, los cigarrillos no alivian ni siquiera parcialmente la ansiedad que han producido. Recuerdo mi juventud, cuando era asesor financiero, con una familia recién formada. Si uno de mis hijos se portaba mal, reaccionaba de manera totalmente desproporcionada. Verdaderamente creía que había algo malvado en mi carácter; ahora sé que los cigarrillos creaban el problema. En esa época pensaba que tenía los mayores problemas del mundo, pero, mirando atrás, me pregunto dónde estaba tanto estrés. Dominaba en todos los demás aspectos de mi vida. Lo único que me controlaba a mí era el tabaco. Lo triste es que todavía no puedo convencer a mis hijos de que mi irritabilidad se debía al cigarrillo, porque cada vez que escuchan a un fumador que trata de justificar su adicción, reciben el siguiente mensaje: «Los cigarrillos me tranquilizan. Me ayudan a relajarme.» Empieza a observar a los fumadores, sobre todo cuando no se les permite fumar. Verás que se llevan las manos a la boca, hacen gestos con las manos, dan golpecitos con los pies, juegan con el pelo o aprietan los dientes. Los fumadores no están relajados, han olvidado lo que es estar completamente relajados. ¿ Quieres terminar así ?
Allen Carr.